Del trastero en el ángulo oscuro,
por su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase la caja.
Trasteando en la buhardilla
de mi desordenada cabeza,
en el más obsoleto de los recovecos
que la conforman
he encontrado esta mañana,
cuando los punzantes rayos
del recién despertado monarca astral
se desperezaban contra mi cara,
la caja de mi niñez.
Revestida por una tupida y recia
costra de polvo
fruto del paso temporal, del olvido
y el desinterés,
sellada por una cinta
que de adhesiva sólo le queda
el primer apellido
y rematada por un puñado de grapas
cuajo de un caldo de cultivo.
El barco pirata que surcaba el océano
siempre pacífico
del pasillo que daba al salón,
el fuerte vaquero
donde indios y soldados se peleaban
una y mil veces
pero que en el fondo se querían
pues terminaban durmiendo juntos y revueltos
en la misma bolsa encima del viejo armario.
Y una peonza presumida
con una chincheta clavada en su testa
y pintada de mil colores
por los mágicos rotuladores Carioca.
...Y canicas. Un bote vacío de Lacasitos.
La película de E.T.
Y la cinta de cassette de Led Zeppelin,
y el libro “La historia interminable”...
¡Y tantas cosas!
Triste y abatido
he llegado a la maldita conclusión
de que la inocente infancia de nuestros días
no es tal,
es insensiblemente ajena a la nostalgia
y vive puramente maquinada.
He presentido la expiración del verso,
he sentido la muerte de la poesía,
he notado la rendición del poeta.
¡Tengo que luchar y adaptarme!
¡Intentar convivir
más por necesidad que por ganas
con esta inquilina invasora
llamada tecnología!
¡Cómo se dice hoy, actualizarme!,
pues en definitiva,
prefiero morir escribiendo
que vivir robotizado:
“Voy a ver si me sale algo,
pues tengo que estar al día,
y demostrarme que valgo
y hablar de tecnología.
Vente esta tarde a mi 'kely'
cuando mi vieja se largue,
vamos a ver una peli
espero que no te amargue.
Mi viejo me ha regalado
hace un rato un DeuVeDé
y lo ha dejado instalado
a mi nuevo TeDeTé.
No se te olvide traerte
las NINTENDOS y la WIÍ,
pues la PLAY no me divierte
y la he quitado de aquí.
Tengo WIFI en el PeCé
y línea ADeSeeLe
para bajar un CeDé
con las pibas de la tele.
Y si te cansas, no sé,
pues descansamos un rato,
tú juega a la PeeSePé,
yo escucho el eMePecuatro.
Parezco una chirigota,
mejor me voy a ir callando
o más de uno se alborota
por lo que he estado contando.
Esta historia no me cuaja
es una americanada
yo me quedo con mi caja
que ya está desempolvada”.
De "Simples discurrires. La caja desempolvada".
Foto: CABIZBAJO © , Raül Jurado Gallego.