...donde se quema la ropa en las cuerdas del SOL, pongo a orear mis hojas, tachados los versos y ya seca la tinta, en la baranda de mis sueños, cascote de mi muralla y cuarto menguante.
lunes, 23 de agosto de 2010
Tuve
Siempre tuve la cara manchada de agua con tierra,
los bolsillos repletos de sueños
y una idea gamberra.
Una goma, dos chicles, tres duros y quince pesetas,
un chándal Puma que escondía
cien mil agujetas.
Una bici Motoreta roja con sillín de diseño,
un patín con las ruedas de goma,
una cinta de Leño.
Un cielo vacío de Santos para horror de mi madre,
en el fútbol no fui del Sporting,
la ilusión de mi padre.
Rebanadas de pan integral, azúcar y manteca,
un carné sin plastificar
de la biblioteca.
Un rincón detrás del armario en casa de mi abuela,
una cama mueble y San Judas
como centinela.
Una vieja canasta colgada en mitad del pasillo,
un ventanal de tela metálica,
una jaula y un grillo.
Una bolsa de supermercado llena de canicas,
los llantos siempre traidores
de los acusicas.
Un muerdo de perro cansado que dolía sólo un rato,
gorriones, peleas de hormigas,
zarpazos de gato.
Cuatro ranas en una garrafa de agua cortada,
un chupito de vino en el campo,
la primera calada.
Un puñado de pipas peladas, kikos, gusanitos,
un flash, un palo cazú
y los tiernos Phoskitos.
Una vieja peonza cansada de dar sólo vueltas,
un equipo de futbol de chapas
y dos tuercas sueltas.
Una caja vacía de zapatos con gusanos de seda,
el tapón de la cámara usada
de una vieja rueda.
Unas J’hayber azules y blancas del treinta y ocho,
un vaso de leche cocida
con nata y bizcocho.
Tirachinas con globos de cinco y boquillas Fontvella,
una herida de guerra en la frente
y más de una mella.
Largos baños en una gravera en tardes de Agosto,
heridas sin sangre en los pies
por pisar en lo angosto.
El pitido de la olla express, cuadernillos Rubio,
camisetas listas para tender
después del diluvio.
Vacaciones Santillana, recreo sin merienda,
miedo a la oscuridad
y alguna reprimenda.
Un reloj oriental con alarma, cronómetro y luz,
un walkman, un piano a pilas,
un gusiluz.
Foto: Descargada de la red de la página http://pisadasmyblog.wordpress.com/category/pisadas/. Si su autor lo cree conveniente puede ponerse en contacto con el administrador de este blog para su retirada.
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Yo también tube muchas de esas cosas ¡ que recuerdos!.
ResponderEliminarMe alegra volver a saborear sus letras
Besos
Es muy lindo leerte otra vez. un enorme beso
ResponderEliminarsegun leia por mi mente pasaban momentos de mi infancia, muy buena Raul,
ResponderEliminarYa sabes que estos guiños al pasado son mis favoritos...
ResponderEliminarun fuerte abrazo amigo, ya hablamos
Hola, Raül! Ay, perdona mi demora en visitarte, se debe a mis vacaciones y a que a mi vuelta estoy liadísima con las obras de mi casa nueva, que me traen de cabeza, pero siempre hay un hueco para los amigos, sobre todo si escriben tan maravillosamente como lo haces tú. Me ha encantado este entrañable poema, que nos retrotrae a los recuerdos de la infancia y de la juventud. Buenísimo, querido amigo, eres un poeta de lo más especial. Un beso enorme desde las Asturias y mis mejores deseos para el finde!!!!
ResponderEliminarVaya paseo por la Kindheit me acabo de pegar macho. Después de estar leyéndote unos meses, esto se sale de lo usual, no solo por el estilo desenfadado, algo nostálgico pero sobretodo por la rima. ¿Dónde está el poeta guarro, maleducado y realista? Jajaja, un abrazo
ResponderEliminarHola Raul he estado de vacaciones y no he podido visitarte, pero ya estoy de vuelta y eso lo vamos a corregir desde ahora mismo. ¿Que te cuentas paisano? Espero que hayas pasado un verano feliz. El poema no se de quien es, pero me gusta y además, porque ¿quien no tuvo sino todas, al menos de esas cosas que cuenta?... ¿verdad? Bueno Raul, lo dicho, vendré más despacio a leerte. Un abrazo.
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