Como la flor indolente que brota en el desierto
son mis palabras de poeta entre hormigones,
indecentes versos que cayeron por su propio peso
a los albañales cavados en los oídos de los otros;
pero aguardan su momento, el de la luz y el agua,
para salir del pecho y reventar contra los vidrios.
Al rutilar de unos ojos que sufren desconsuelo
no pueden callar las plumas tiznadas de negro,
las máculas de sombra tallarán los pliegos albinos
para empaparse de lágrimas y escurrirlos al váter.
Pasarán los hombres, como los reflejos en el espejo,
como los vientos de alcoba entre los vanos del muro
y quedarán los estigmas de sus palabras y sus pasos.
Mas aunque haya arena en los labios que será barro
y moldes de manos,
mas aunque vengan empujones de hombros,
y mujeres y niños y ancianos,
cobijará la soledad al poema sucio
en las esquinas impolutas de un arco.
Excelente los poemas sucios... deja caer por aqui de vez en cuando los poemas de "lo bueno de ser una rata" con ese estilo castuo tuyo y con cierto toque a extremoduro, chinato, marea, etc...
ResponderEliminarun gran abrazo illo, cuidate, espero que hablemos pronto.
A mí también me gusta este poema. Tiens una muy buena palabra poética y un pensamiento moderno y clásico al mismo tiempo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGRANDE POETA, has dejado caer algo de la rata jejeje un abrazo
ResponderEliminarMaldigo al tiempo que me ausenta de tus rincones... Por suerte o desgracia atravieso una etapa en la que apenas alcanzo a descansar levemente en forma de visita, pero pronto espero volver a la calma. Gracias por seguir ahí, besos y mordiscos.
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