absorbemos del entorno gestos, colores,
caricias en la piedra y ruido;
nos embebemos la lluvia,
hacemos flexibles los sentimientos,
nos tragamos los aromas.
Al final, cuando el corazón aprieta,
arrojamos todo en forma de palabras.
...donde se quema la ropa en las cuerdas del SOL, pongo a orear mis hojas, tachados los versos y ya seca la tinta, en la baranda de mis sueños, cascote de mi muralla y cuarto menguante.
Entro de vez en cuando a tu blog, siguiendo el enlace que tiene Suso. Sigo sorprendiéndome y entierneciéndome cuando empieza a sonar Flor de jara..
ResponderEliminarUn besito grande.