A Juan Antonio Maestre “Motaca”
Y vuelve a entonar la carretera
su triste y lúgubre balada:
¿por qué a él, por qué a ella?
Detrás de las pistas más desvalidas
hay un hombre,
un hombre que pasa lento
y decide dejar su huella,
que da riendas a su bruna yegua
portadora de sueños y alforjas
repletas de libertad.
Se agitarán sus colosales alas
más allá del horizonte bermejo,
leonadas y pardas,
que como fanales en ráfagas de luz
alumbrarán el asfalto.
Y volverá a entonar el poeta
su triste y lúgubre balada:
motero, hombre, compañero
hoy quedamos tras las nubes,
a la altura de la lluvia,
junto a las curvas del cielo.
Raül Jurado Gallego © 2.011
que gran homenaje Raúl, palabras sacadas de lo mas profundo,
ResponderEliminarPrecioso. La última estrofa entra por todos los poros de la piel...
ResponderEliminarMe gusta.
ResponderEliminarVaya... Me sumo a la causa amigo... No lo pudiste decir mejor; como siempre. Un abrazo fuerte!
ResponderEliminarMi profundo sentimiento. Un abrazo.
ResponderEliminarUn precioso y sentido homenaje, Raül. Leerlo hoy, con la lluvia gris tras los cristales, resulta tremendamente sobrecogedor.
ResponderEliminarUn beso fuerte!
Emotivo homenaje a quien dejo profundas huellas en su paso por la vida.
ResponderEliminarSaludos,
Diana