si vuelve
el viento
a empujarme
bosque adentro
me procuraré un sitio seguro en los hilos de la brisa
junto a los acres motores que mueven alas de estorninos
donde un día aprendí
a perder amigos
de manos de la amistad
Amigo Raül, en vez de aprender a perder amigos, olvida el pasado y tiende tus manos a la amistad. La vida es más corta de lo que creemos y sólo la amistad es valor en alza. Un abrazo.
ResponderEliminarRaúl, estoy de acuerdo con lo que te dice Pedro Vera. En estos tiempos, en que parece que todo se desmorona y el mundo camina hacia el abismo, es importante poner amor donde se siembra lo contrario, quizás así consigamos cambiar las malas cosechas.
ResponderEliminarAmigos Pedro Y Juan, sabias palabras las vuestras a la vez que cargadas de certeza. La amistad es un valor que hace una selección natural en su proceso y que te enseña a hacer amigos pero también a deshacerlos.
EliminarQuizás es importante que tengamos en cuenta eso y no colgar galones de amistad a quienes no hacen méritos suficientes en los campos de batalla del amor, la libertad y la solidaridad.
Que por encima de todo, resista la amistad.
A los grandes poetas nunca le faltarán amigos...,o al menos admiradores de su verbo, aunque sean desconocidos.
ResponderEliminarHacía tiempo que no me pasaba por tu blog, querido amigo. Descorazona bastante la envidia que termina en traición y sé por qué lo digo, pero hay que dar razón de nuestra esperanza, sobre todo nosotros, que tenemos la poesía.
ResponderEliminarDecirte que el libro de Haití ya está en imprenta. Se presentará en la Feria del Libro de Badajoz, y si puede ser antes en algún otro sitio, pues mejor que mejor, pero vamos poniéndonos las pilar. Cuento contigo. U abrazo, Antonia